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viernes, 25 de abril de 2014

4. Anna

-No, te digo que es una mierda.
[...]
.¿Qué dices?
[...]
-¿¡Yo?! ¡Yo no pienso perdirle perdón!
[...]
-Así que estás de su parte...
[...]
-Pues hazme un favor, y borra mi número.
Click.
Anna colgó el móvil y lo lanzó contra la pared. Dio una vuelta, peinó su pelo con los dedos de delante a atrás y después miró el móvil descalabrado y roto en el suelo de su habitación. "Mierda", pensó. La nueva casa le gustaba, ese no era el problema: el problema era por qué estaba allí. Llevaba rehabilitada medio año ya y la doctora Calleja no quería volver a verla en el hospital. Pero justo cuando la gente dejó de juzgarla, sus amigas dejaron de mirarla raro y el chico que le gustaba le pidió salir... Sus padres decidieron mudarse a Barcelona. ¡Ojalá lo hubieran hecho meses antes! ¡Incluso años!

Su novio, la había dejado dos días antes de que ella dejara Galicia: le pilló llenando el camión de las mudanzas. Ella no quería decírselo, aunque fue algo estúpido por su parte ya que de todas formas se iba a enterar. Habían tenido una larga y fuerte discusión y llegaron a la conclusión de que él era el típico chico que se iba a ir con otra enseguida y que ella era la típica chica que le oculta cosas a su chico para que no corte con ella. Ahí es cuando Anna perdió la batalla: él disfrazó la historia sin que ella pudiera dar su versión y ahora todos la toman por ogro. Hasta su mejor ex-mejor amiga la había llamado personalmente para decirle textualmente que "si le pides perdón ahora, tal vez la gente te de una segunda oportunidad...". No llevaba idea de hacerlo. Ella ya sabía lo que había estado haciendo a sus espaldas, pero lo quería, así que prefirió jugar su propio juego de mentiras y estar con él hasta "el final". Además, no necesitaba segundas oportunidades, y menos de gente que acababa de dejar atrás.

Recogió los restos de su móvil y los puso sobre la cama. Se sentó en frente de ellos e intentó recomponer el móvil sin mucho éxito. Mientras seguía intentándolo, recogió un mechón de pelo detrás de su oreja y se secó la lágrima que ya acechaba su labio superior. Como vio que no podía hacer nada, metió los restos en una caja y se fue al baño. Se miró al espejo y vio la fina línea negra que iba desde su ojo hasta su boca: se le había corrido el rimmel. Se lavó la cara y se maquilló de nuevo. Se peinó y fue a su habitación. "Necesito un móvil", pensó. Así que cogió su hucha, la abrió por el agujero de abajo y sacó trescientos euros: a ver si hay algo barato...

Fue a la tienda rápidamente y revisó todos los móviles que había. No había nada que le gustara así que volvió a su casa. Le explicó a su madre lo que había pasado (más o menos) con el móvil. Le contó que venía del baño con las manos mojadas, cogió el móvil y se le resbaló. Su madre se quedó pensativa. "Cariño, ¿cómo va a romperse tanto de una caída al suelo?", preguntó su madre. Anna pensó y le dijo, textual, "Ya, pero es que, he intentado cogerlo, y en vez de cogerlo, lo he estampado contra la pared". Su madre pareció creérselo, así que le dio su viejo iPhone 4S. Anna metió la tarjeta de memoria y pensó "tengo que romper móviles más a menudo...".

Borró todos los contactos. ¿Para qué quería el número de todas esas personas?
-Para nada.
El móvil estaba completamente vacío así que se hizo una foto con las vistas de su ventana. Se la puso de fondo y sintió que ahora ella reinaba en su vida (a parte de su padre, su madre, su hermana mayor...). Ya ningún adolescente confundido (o que simplemente quería llamar la atención) decidiría por ella. Ya no volvería a ir a los baños públicos en horarios de clase.

Cogió su portátil y puso un nuevo capítulo de su serie americana favorita More than love. En la serie, la protagonista, conoce a un chico maravilloso que la trata genial y que la entiende. Cosa que ello necesita ya que está pasando por un mal momento en su vida. Al principio solo parecen amigos, pero conforme pasan los capítulos se ve que hay cierta química y acaban saliendo juntos.

Anna suspiró, "¿por qué no a mi?", pensó. "Yo también he pasado por malos momentos y no he conocido a nadie así", "he conocido gente, pero a gente mala". Cuando acabó el capítulo, apagó el ordenador y se fue a duchar. Después, cenó y después se fue a dormir directamente. Ese día tenía que acabar. ¿Y qué mejor manera de acabarlo que durmiendo de una vez?

Continuará...

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